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miércoles, 14 de julio de 2010

Excusas


Hoy no puedo, Se me hace tarde, No tengo tiempo. Existen tantos pretextos como situaciones que queremos evitar. Ahora bien, ¿Cuándo nos ponemos excusas, estamos siendo mentirosos con nosotros mismos? Lo cierto, es que a corto plazo, esta postura provoca tristeza y angustia por no poder llevar a cabo nuestros planes.
Es necesario realizar una distinción: no es lo mismo inventar una excusa para evitar asistir a un evento, porque no deseamos encontrarnos con alguna persona en particular, que vivir culpando a factores externos por nuestros fracasos en la vida.
La diferencia es clara: en el primer caso, si bien no admitimos nuestro desagrado. Ésta es una salida circunstancial que nos facilita no herir a alguien. Si sucede una vez es una mentira piadosa. De todos modos, deberíamos enfrentar la situación porque no siempre nos cruzaremos con personas compatibles.


No son los otros, soy yo
Esta situación se presenta cuando constantemente nos ponemos excusas, y esto nos impide concretar  proyectos, es un problema porque no percibimos como tal.
Creemos que las cosas son así, o que nosotros no podemos modificar el curso de los acontecimientos.
Usted podrá decir: Pero yo tengo hijos, a esa edad no puedo escribir el libro que siempre quise. Aquí no hay nada de irreal, sus hijos existen y es cierto que requieren su atención. Sin embargo, alguien podría replicarle: Sus hijos estudian y se acuestan antes que usted. Ahí tienes algunas horas. A lo que usted responde: Y quién cree que les hace la comida y limpia la casa!.
La discusión podría ocupar la totalidad de este apartado y hasta la revista entera sin llegar a ninguna conclusión. Serían sólo excusas.

Por algo se empieza
En verdad, las excusas casi nunca se presentan en interacción con otros, sino que son un diálogo con nuestro interior. Nosotros mismos ya preparamos respuestas para dar y éstas imposibilitan al cambio. Ahora, ¿qué pasaría si nos convirtieramos en nuestro propio diablillo, que contradijera todas nuestras disposiciones negativas en algo positivo!.
Es fundamental saber que nuestra vida puede cambiar si nos convencemos que uno de nuestros deseos puede cumplirse.
Decimos “Uno” porque hay que empezar por algo, como dice el provervio chino: Un recorrido de diez mil kilómetros empieza con un solo paso.

Tiempo perfecto
Y ¿Qué pasa si fracaso? es una buena pregunta No lo sabrá si no lo intenta, es una excelente respuesta.
El miedo al fracaso es una de las excusas más frecuentes. Se trata más de tener suficiente tiempo o suficiente ánimo, para hacer lo que siempre quisimos y así, el proyecto se posterga provocándonos una gran angustia.
Debemos admitir que nunca nada será suficiente.
Vivimos en un mundo imperfecto y nosotros somos su expresión más cabal. El momento ideal jamás aparecerá si nosotros no transformamos ese sentido de la falta en una posibilidad positiva: Es cierto que éste no es el momento ideal pero puede ser un instante para aprovechar y avanzar hacia nuestro objetivo.

Manos a la obra
Entonces, ¿por qué permanecer sentados y ver cómo nos pasan las cosas. La receta se encuentra en nuestro interior. Pero si no comienza a llevar a cabo su idea es porque verdaderamente no quiere o…. porque ha encontrado una excusa mejor.
Sus hijos se encuentran jugando en el patio tranquilamente y sobre su mesa se encuentra un manojo de hojas… ¿Qué espera para que el mundo conozca su historia?

El que no arriesga no gana
No hemos descubierto nada nuevo, el saber popular ya nos los decía. Debemos asumir la responsabilidad de triunfar como deseo propio y comenzar a edificar nuestro proyecto. Poco a poco, sin apresurarnos pero sin detenernos, Podemos realizar una lista y ponernos plazos con metas a alcanzar, de este modo, estaremos seguros de que ninguna otra prioridad se impondrá, porque lo verdaderamente importante ya está establecido.
Y lo esencial es: perder el temor a equivocarnos. Los errores y la aceptación de ellos nos llevarán a la excelencia. Observen la anécdota de Edisison: antes de inventar la bombilla había realizado 1.600 experimentos fallidos. Un amigo le preguntó por qué perdía tanto tiempo. Edison le respondió: Pero si estoy consiguiendo algo ¡He aprendido 1.600 maneras por las que no funciona!
Este es el ejemplo más claro de ver cómo los errores nos enseñan que debe haber otro modo de hacer las cosas.

Fuente: http://leydeatraccion.forumotion.net/temas-superadores-de-interes-general-f16/excusas-t628.htm

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